Siempre he pensado que hay pocas cosas que integren más que un balón y pocos entornos más propicios para ello que el patio de un colegio
Recuerdo con mucho cariño mis días en el Colegio «El Pilar» Maristas de Zaragoza, como a todo niño, el momento del recreo constituía uno de los eventos más importantes del día, sonaba el timbre y bajabas volando las escaleras mientras te comías el bocadillo para no perder ni un solo minuto del partido de ese día, números heterogéneos de jugadores, los que iban llegando se sumaban al equipo con el que tenían más afinidad, 2 y hasta 3 partidos diferentes en una misma pista compartida con niños y niñas de otras clases y cursos, soñabas con llegar a 6º para tener la mejor pista «reservada» a los mayores, 25 minutos que tenían la importancia de una final de Champions pero donde nunca hubo lugar a la discriminación, y que de darse esta situación era rápidamente solucionada por el profesor que vigilaba el patio: «si no jugáis todos no juega nadie, dame el balón, se acabó el partido».
Es por eso que me sorprenden ciertas cosas que se han podido ver en la televisión y en la prensa escrita esta semana donde se tacha a «Doña Pelota» de machista y a «Don Balón» de promover el heteropatriarcado.
Porque yo recuerdo con nostalgia compartir partido con Diana, Judith o Marta, o jugar partidos contra nuestro archienemigo «el B» donde Elisa García se nos regateaba con una facilidad que te hacía plantearte el sentarte a leer un rato, porque ahí no había sexos si no niños (y niñas) disfrutando del que era, para la mayoría, el mejor momento de las 6 horas que pasábamos en el cole.
Y aún más peligroso me parecen estos artículos en una época donde se reducen horas de Educación Física, donde el sobrepeso en los niños es cada vez más frecuente, donde nos quejamos de la falta de socialización de los niños por culpa de los teléfonos móviles, y ahora nos quieren quitar lo que nos une, un balón, de fútbol, de basket, de balonmano (deporte rey de mi colegio), de lo que sea, porque ocupamos un espacio que seguramente que los que preferían leer, trepar, hablar o pasear en lugar de jugar seguramente no fueran a utilizar jamás.
Y no nos vamos a engañar, siempre había niños mejores y otros menos buenos, niñas que la rompían y otras que te medían las tibias, pero considero que la única persona que tiene una mentalidad asquerosamente machista y que además conoce poco de la realidad de los patios de colegio es quien asume que Don Balón y Doña Pelota tienen género, les recomiendo que vuelvan al Siglo XXI donde ya no sólo los niños juegan al fútbol, donde las niñas juegan a muchas más cosas que a saltar con la cuerda.